
Consulta de Psicologia en Zaragoza
Milagros Alonso Anton
nº Colegiado A-1022
Depresion

DEFINICION DE LA DEPRESION
Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días. La tristeza es una emoción que tiene su origen en la pérdida de algo querido y como finalidad la de pedir ayuda.
Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con su vida diaria y desempeño normal, afectando a gran parte de sus áreas (salud, familia, ocio, amistad, trabajo,…) Causando dolor, tanto para quien padece el trastorno como para quienes se preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.
Existen depresiones endógenas debidas a una enfermedad que provoca un desequilibrio en los neurotransmisores sin que se por ello tenga que haberse dado un cambio en el contexto social. Pero también es cierto que, cuando ha aparecido una depresión, el contexto social cambia, fundamentalmente por los cambios en el comportamiento de la persona y los neurotransmisores se desequilibran para ajustarse a la conducta depresiva de la persona.
No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona.
SINTOMAS
-
Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío. Se siente una melancolía insuperable que domina a todos los demás estados de ánimo.
-
Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo.
-
Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia. Disminución de la autoestima y de la confianza en si mismo.
-
Irritabilidad, inquietud.
-
Pérdida importante de interés o de la capacidad de placer en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales.
-
Fatiga y falta de energía, enlentecimiento.
-
Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones.
-
Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
-
La depresión es habitualmente peor por la mañana: Se levantan muy temprano, al menos dos horas antes de la hora habitual de despertarse.
-
Comer excesivamente o perder el apetito. Pérdida importante de peso (sin haber hecho régimen) o aumento significativo de peso (por ej. un cambio de más del 5% del peso corporal en un mes).
-
Visión pesimista o "negra" del futuro.
-
Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.
-
Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.
EL DUELO
Las personas tenemos que hacer frente a lo largo de nuestras vidas a múltiples pérdidas. No todas ellas son igual de significativas ni interfieren de la misma manera en nuestra vida cotidiana, pero toda pérdida, con valor real o simbólico, conlleva un proceso de duelo, consciente o no, para quien lo sufre.
Las pérdidas no sólo se refieren a la muerte de un ser querido, también podemos sufrir pérdidas durante nuestra vida de relaciones, trabajos, estatus social, animales,… El dolor experimentado dependerá del tipo de nexo que nos una a aquello que perdemos, de las características de la relacion y de cómo esta pérdida afecte a los aspectos más fundamentales de nuestra vida.
El duelo es un proceso de ajuste emocional que incluye diferentes etapas o fases que pueden solaparse o mezclarse, pero que es necesario experimentar para completar el proceso de curación y poder asumir la perdida y recolocarla en su vida para poder continuar.
La fase 1, “ fase de entumecimiento o shock”, es la fase temprana de intensa desesperación, caracterizada por el aturdimiento, la negación, la cólera y la no aceptación. Puede durar un momento o varios días y la persona que experimenta el duelo puede recaer en esta fase varias veces a lo largo del proceso de luto.
- La fase 2, “ fase de anhelo y búsqueda”, es un periodo de intensa añoranza y de búsqueda de la persona fallecida, caracterizada por inquietud física y pensamientos permanentes sobre el fallecido. Puede durar varios meses e incluso años de una forma atenuada.
- La fase 3 o “ fase de desorganización y desesperanza”, en la que la realidad de la pérdida comienza a establecerse, la sensación de sentirse arrastrado por los acontecimientos es la dominante y la persona en duelo parece desarraigada, apática e indiferente, suele padecer insomnio, experimentar pérdida de peso y sensación de que la vida ha perdido sentido. La persona en duelo revive continuamente los recuerdos del fallecido; la aceptación de que los recuerdos son sólo eso provoca una sensación de desconsuelo.
- La fase 4,“ fase de reorganización”, es una etapa de reorganización en la que comienzan a remitir los aspectos más dolorosamente agudos del duelo y el individuo empieza a experimentar la sensación de reincorporarse a la vida, la persona fallecida se recuerda ahora con una sensación combinada de alegría y tristeza y se internaliza la imagen de la persona perdida.
La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema surge cuando alguna de estas fases queda sin resolver y la persona se siente inútil, incapaz de seguir, interfiriendo la perdida en su vida cotidiana de manera significativa. Al principio es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado, crónico o no resuelto, que podría definirse como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución”